Para conocer las ventajas del vehículo eléctrico respecto a los coches de combustión, si hablamos en términos globales, tenemos que empezar por la lucha contra la contaminación y el cambio climático.
Pero además de las ambientales, las ventajas son también mecánicas y de consumo propio.
- Cero emisiones: El coche eléctrico cuenta con una batería que es la encargada de almacenar la electricidad que impulsará el vehículo. Es por esto que este tipo de coches no genera residuo contaminante alguno.
- Menos averías mecánicas: El número de averías es menor al tener un motor mucho más sencillo que los vehículos de combustión.
- Mantenimiento casi inexistente: Más allá del mantenimiento propio de las piezas desgastables (como frenos o neumáticos), éste se reduce a un chequeo periódico del estado de las baterías y el motor eléctrico. O sea, que los usuarios de un coche eléctrico se pueden olvidar del cambio de filtros, cambio de aceite, etc.
- La electricidad es más barata que la gasolina: Otra de las ventajas que presentan los automóviles eléctricos es que se reduce considerablemente el gasto derivado del combustible. En este caso, el único combustible que se utiliza es la electricidad, que se obtiene directamente de una toma de energía. Este coste puede variar según los modelos y el uso que se haga durante la conducción. Sin embargo, se calcula que el coste medio aproximado se sitúa en torno a 1 € por cada 100 km recorridos.
- Ventajas fiscales y condiciones ventajosas en la financiación: Los vehículos eléctricos no contaminan, por lo que las distintas administraciones quieren que se compren y se popularicen. Esto implica importantes ventajas económicas y fiscales tanto en su compra como en su uso. Por ejemplo, con una financiación muy ventajosa en su compra o con impuestos de circulación más baratos que el de los coches de combustión
- Acceso a zonas de bajas emisiones municipales: Debido a que los coches eléctricos no emiten emisiones contaminantes, pueden acceder sin restriccciones a las zonas de bajas emisiones urbanas, que son cada vez más comunes en los centros de las ciudades y núcleos de población, especialmente en aquellas de más de 100.000 habitantes.
- Exentos de pago en zonas de aparcamiento regulado: Esta ventaja está supeditada a la normativa de cada municipio. Sin embargo, en la mayoría de las zonas de aparcamiento regulado, los vehículos eléctricos están exentos de pago, por lo que pueden hacer uso del aparcamiento sin que esto suponga ningún coste adicional para el conductor.
- Conducción más cómoda: Al no contar con un motor de combustión, son coches más silenciosos y de conducción automática (no cuentan con marchas). Esto hace que su conducción sea más cómoda, fácil y relajada.