La instalación de placas solares para autoconsumo es una decisión que en los último tiempos a casi todas las personas propietarias de una vivienda unifamiliar se nos ha pasado por la cabeza. Disminuir el consumo en la factura eléctrica mensual es el objetivo además de una idea cada vez más extendida de la sostenibilidad.
Las dudas más frecuentes tienen que ver con la rentabilidad de realizar esa inversión. Podemos saber desde el primer momento el coste de la instalación de unas placas solares para autoconsumo, pero es más aventurado calcular el tiempo que tardaremos en tener amortizada ese gasto y que verdaderamente nos luzca el ahorro obtenido.
Este periodo de tiempo es muy variable y, como es lógico, dependerá de factores como pueden ser el número de personas que habiten la vivienda y de sus hábitos de consumo, además de el propio dimensionamiento de la instalación, o lo que es lo mismo, número de placas y su potencia. Otros factores que también influyen en el cálculo de esta rentabilidad son la orientación de las placas, la zona climática y la calidad de los materiales empleados. Esto finalmente viene a ser, en términos generales, un periodo que oscila entre 6 y 10 años para la mayoría de casos.
Una solución muy demandada últimamente es la opción de instalar baterías de almacenamiento para la energía que se produce pero no se consume. Esto supone un desembolso añadido que en ocasiones llega a ser mayor que el de las propias placas fotovoltaicas, pero el ahorro en tu factura también será mucho mayor.
Lo más práctico para salir de dudas es encargar un estudio personalizado a una (seria) empresa instaladora. De esta forma, te ayudarán a decidirte sobre lo conveniente o no de realizar el desembolso necesario y así decidirte a producir tu propia energía, en definitiva, para ser parte activa del mundo del autoconsumo.
